Ganar una prueba grande en un CSI5* es harto difícil. Ganar dos consecutivas ya se considera un récord. Pero hacer pleno en una competición del circuito de la Copa del Mundo, ganando las tres pruebas más importantes, incluido el Gran Premio, es un auténtico hito. Y eso es lo que ha hecho este domingo en IFEMA Madrid Horse Week el jinete francés Julien Epaillard, en el Gran Premio Ciudad de Madrid, puntuable para la Copa del Mundo Longines.

Llegó con la vitola de su competitividad, con un palmarés en la presente temporada que impresiona, con más de 50 victorias internacionales. Y se va con su palmarés engrosado en tres triunfos más, tres triunfos de esos que todo jinete profesional ansía: tres pruebas grandes de una competición 5* de la Copa del Mundo.

Julien Epaillard ganó en la jornada del viernes con doble cero con “Billabong du Roumois”, se impuso en la Winning Round del sábado con “Solero MS” y hoy ha vuelto a imponerse, otra vez sin cometer ningún derribo, con “Billabong du Roumois”, un alazán de 10 años, hijo de “Mylord Carthago” y de una yegua por “Papillon Rouge” que hace unos meses estaba compitiendo en 1,40 en Francia con un jinete amateur y que hoy ha deslumbrado, como lo hizo el viernes, en la pista de IFEMA. En los pocos meses que lleva en la cuadra de Epaillard ya se ha impuesto en tres grandes premios internacionales: Gorla Minore (3*), St. Lô (4*) y el de IFEMA Madrid Horse Week.

Julien Epaillard volvió a estar hoy supersónico. En este nivel de competición nadie va despacio, pero el francés, en su juventud aficionado a las carreras de motos, lleva la velocidad en los genes. Lo demostró en el recorrido de la prueba, que tenía el tiempo concedido muy ajustado y después en el barrage voló, distanciando al segundo clasificado, el alemán David Will, por más de segundo y medio.

La prueba se disputó sobre un trazado de 13 obstáculos, con un triple de vertical-vertical-fondo (8,40 y 8,10 metros), condicionado en curva a 22,80 metros por el fondo de Estrella Damm. El obstáculo número 10 también era una combinación doble, en este caso de fondo-vertical, con una distancia de 11,20 metros. Con alturas de 1,60 metros, los derribos llegaron en muy diversos saltos, aunque fueron muchos los participantes a los que le costó superar sin falta el tercer elemento del triple.

El sueco Douglas Lindelöw fue el primero en conseguir el cero. Lo hizo con “Casquo Blue” y luego hubo que esperar hasta el participante número 26 para que hubiera un nuevo recorrido sin falta y, con ello, estuviera garantizado un barrage. En el tramo final de la prueba, con la participación de los mejores del ranking, llegaron otros cuatro ceros: fueron los de Denis Lynch con “GC Chopin’s Bushi”, Marcus Ehning con “Stargold”, Max Kühner con “Eic Coriolis des Isles” y David Will con “C Vier”.

El desempate se disputó sobre 8 obstáculos, con la pista muy despejada, lo que siempre contribuye a resaltar la espectacularidad de los recorridos. Julien Epaillard logró el primer cero del barrage y su recorrido causó sensación, no sólo por su velocidad, sino por los terrenos elegidos, arriesgando al máximo en las dos vueltas posibles y saltando siempre rozando los reparos. El francés paró el cronómetro en 41,24 segundos y ya nadie consiguió batirle.

Quien más se aproximó fue David Will con el 13 años, “C Vier”, un hijo de “Cardento 933” con medios y bonito salto, pero cuyo rendimiento al cronómetro no es el propio de un especialista de la velocidad. 42,17 segundos fue el tiempo del binomio alemán, que terminó segundo.

El tercer doble cero de la prueba fue el de Denis Lynch con “GC Chopin’s Bushi”, un veterano hijo de “Contendro II” (15 años), con el que empleó un tiempo de 42,87.

El momento decisivo del barrage lo protagonizó Marcus Ehning, que salió a la pista dispuesto a echar el resto para engrosar su ya brillante palmarés en los concursos de Madrid. El alemán salió a por todas, con un galope impresionante que le permitió marcar el mejor tiempo del desempate. Pero su entero “Stargold”, un hijo de “Stakkato Gold” de 10 años, tiene la costumbre de botarse y lo hizo en la vuelta al vertical penúltimo, lo que provocó que Ehning no acertase en la distancia. Se produjo el derribo y el camino hacia la victoria quedó expedito para Julien Epaillard.

“Jarlín de Torres”, cero español

No fue un cero pleno, porque penalizó un punto por rebasar el tiempo concedido, pero Manuel Fernández Saro y “Jarlín de Torres” hicieron una prueba brillante, sin derribos y mostrando un dominio del 1’60 que empieza a ser una constante. Había quedado patente en pista exterior y ahora también en indoor. El jinete sevillano y el hijo de “Jarnac” fueron séptimos, tras realizar su recorrido en un tiempo de 70,05 segundos, cuando la barrera estaba fijada en 69.

Otros dos binomios españoles se quedaron a las puertas del desempate con un derribo. El mejor clasificado de ambos fue Sergio Álvarez Moya con el tordo “Malibú de Muze”, al que el asturiano empieza a conocer. Dominó la prueba, pero tocó en la salida del triple, teniendo que conformarse con el décimo cuarto puesto. “Es un buen caballo, me falta domarlo del todo”, comentó a Ecuestre el avilesino.

El otro jinete español que finalizó el Gran Premio con un derribo fue Mariano Martínez Bastida. El murciano y “Belano vd Wijnhoeve Z” hicieron un magnífico recorrido, llegando sin falta hasta el penúltimo obstáculo, un fondo donde “Belano” tocó. A los 4 puntos sobre los obstáculos se añadió un punto de penalización por tiempo.

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